Vas a aprender a usar la técnica ABCDE en tu rutina diaria para tomar decisiones más informadas y utilizar tu tiempo de manera más efectiva. Ésta técnica es fácils de aprender e implementar porque es sencilla.
Fué desarrolada por Brian Tracy, y consiste en clasificar tus tareas en cinco categorías: A (muy importante), B (importante), C (bueno si se hace), D (delegable) y E (eliminable). Fácil, ¿verdad?
Su principal beneficio consiste en que al asignar una prioridad a cada tarea según su impacto en tus objetivos y el plazo de tiempo en el que debe completarse, puedes centrar tu energía y atención en las actividades que te acercan más a tus metas y delegar o eliminar aquellas que no contribuyen significativamente a tu éxito.
Y dado que es conceptualmente tan sencilla, empezar a aplicar la técnica ABCDE, es tan sencillo como comenzar realizando un listado de todas tus tareas pendientes y asignarles una letra según su importancia y urgencia.
Podrías incluso asignarle colores a cada una de las letras para una más rápida identificación visual de las mismas. Luego, prioriza tus tareas de acuerdo con estas clasificaciones y comienza a trabajar en las tareas de mayor prioridad primero, para pasar posteriormente a las de menor nivel de prioridad.
Si aplicas la técnica ABCDE vas a poder usar tu tiempo y esfuerzo en aquellas actividades que realmente van a ofrecerte el mayor impacto en tus resultados, y al mismo tiempo, vas a minimizar el tiempo perdido en actividades menos importantes o irrelevantes, que básicamente es el objetivo de cualquier sistema de gestión del tiempo que conduce al éxito.
Naturalmente que a lo largo del tiempo las prioridades pueden ir variando, por lo que debes revisar regularmente tu lista de tareas y ajustar los niveles de prioridad de las tareas según consideres necesario, sin perder de vista que el enfoque debe mantenerse en tus objetivos más importantes, pero sin perder de vista igualmente aquellas tareas que deban realizarse antes de una determinada fecha, y que según se vaya acercando dicha fecha, deberán ser incrementadas de prioridad, para evitar que aunque sean de bajo impacto se queden finalmente sin hacer.
Por supuesto durante la asignación de prioridades deberás huir de pensamientos como que «todo es igual de importante». Primero porque no suele ser cierto en realidad, y segundo porque si asignas demasiada importancia a demasiadas actividades sólo lograrás aumentar tu nivel de estrés e incumplimientos y por lo tanto esta técnica dejará de resultar útil.