Está feo, es controvertido… pero se hace y con mucho éxito, porque así es como funciona nuestra mente. Hablamos de aprovechar el miedo en el ámbito del marketing para impulsar a tu audiencia a la acción.
Hay muchas formas de usar ésto de una manera razonablemente ética.
En primer lugar, si estás invitando a quien vea tu contenido a tomar acción, puedes siempre resaltar las consecuencias de no tomar las acciones o medidas que recomiendas. Una advertencia velada sobre que se tiene algo que perder si no se actúa, por ejemplo para aprovechar una oferta antes de que ésta se termine o el producto se agote, puede crear un sentido de urgencia y motivar a tu audiencia a superar sus objeciones y realizar una compra. Y es que en realidad a nadie le gusta sentir que ha perdido una oportunidad.
Una forma similar de aprovechar el sentimiento de miedo en tu marketing es destacar riesgos o pérdidas asociados con no aprovechar tu oferta, no sólo bajo el enfoque de una pérdida de oportunidad, sino otros beneficios colaterales o exclusivos, o incluso resaltar las consecuencias negativas de no adquirir tu producto o servicio, podría hacer que un comprador potencial actúe de inmediato. Aumentará significativamente la percepción de urgencia y la con ella, la probabilidad de conversión de un visitante en un cliente.
Sin embargo, es importante utilizar esta estrategia con sensibilidad y ética, evitando crear ansiedad o miedo excesivo en tu audiencia y huyendo del catastrofismo o la exageración.
En lugar de centrarte en el miedo en sí mismo, que podría ser percibido como agresivo o falso e incluso como manipulación descarada, concéntrate mejor en los aspectos positivos que mitiguen los miedos, como por ejemplo en cómo tu oferta puede ayudar a eliminar riesgos. Con esto ya estás dando un gran impulso a la acción sin quedar como un manipulador o como un catastrofista.
Al final estamos tratando de ofrecer soluciones concretas a los problemas de tus clientes potenciales, por tanto si sabes jugar con la inquietud y un miedo o urgencia entendidos como sentimientos primarios, puedes aprovechar la acción esperable por parte del consumidor de ese contenido porque lo habrás motivando, incluso de una manera perfectamente basada y realista, para actuar y convertirse en compradores.