En el proceso de ventas, es fundamental destacar los beneficios que nuestro producto o servicio ofrece al cliente. Puede parecer una evidencia, pero no siempre sabemos destacar los beneficios o características adecuadas.
Para saber hacerlo y hacerlo bien, hay que conocer a nuestro público objetivo, sus inquietudes y sus problemas, y enfocarnos en cómo nuestro producto resuelve esos problemas específicos, satisface necesidades y mejora la vida del cliente.
Deberemos pasar a un segundo plano las características más técnicas a menos que sean una parte diferenciadora en nuestra oferta. Pero nos debemos asegurar siempre de comunicar los beneficios primarios y más tangibles que el cliente experimentará al elegir nuestro producto.
Al destacar los beneficios para el cliente, podemos aumentar su percepción de valor y diferenciar nuestra oferta de la competencia. Además, al enfocarnos en cómo nuestro producto puede mejorar la vida del cliente, podemos establecer una conexión emocional más profunda que impulse la decisión de compra.