Las compras impulsivas pueden obstaculizar tu progreso para salir de deudas y alcanzar tus metas financieras. Y todos en algún momento, realizamos una compra impulsiva. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Sin embargo, es crucial aprender a resistir las tentaciones de comprar algo que no necesitas realmente. Antes de realizar una compra, tómate un momento al menos, para reflexionar sobre si realmente necesitas el artículo o si es simplemente un impulso momentáneo.
Esto no significa dejar pasar buenas oportunidades, pero hay que saber distinguir entre una oportunidad de compra y una compra innecesaria realizada por impulso o sugestionada por alguna técnica de marketing.
Una estrategia efectiva para evitar las compras impulsivas es tener un presupuesto claro cuando vayamos de compras, y ceñirse a él lo más rigurosamente que sea posible. Ayuda bastante, tener planificados tus gastos con antelación y tener asignada en tus presupuestos una cantidad específica destinada a las compras discrecionales.
Como pequeño truco, considera dejarte las tarjetas de crédito en casa y llevar solamente dinero en efectivo cuando vayas de compras. Esto definitivamente te ayudará a limitar tus gastos y a pensarlo dos veces antes de realizar una compra impulsiva.
Una de las grandes ventajas financieras del efectivo, es que, al contrario de lo que ocurre cuando pagas con tarjetas de plástico, el efectivo vas viendo cómo baja, lo cual ayuda a dicho auto control. Es por tanto una ayuda visual inestimable en cuanto a control de gasto se refiere.
Evitar las compras impulsivas requiere autocontrol y planificación financiera. Al reflexionar sobre tus compras, seguir un presupuesto y limitar el acceso a formas de pago impulsivas, estarás un paso más cerca de controlar bien todos tus gastos y avanzar hacia la libertad financiera sin deudas ni tropiezos.