Optar por productos genéricos en lugar de marcas conocidas supone por lo general, un ahorro significativo en el presupuesto de cualquiera. Los productos genéricos suelen tener la misma calidad que sus contrapartes de marca, pero a un costo mucho menor. Esto es especialmente cierto en productos básicos como alimentos, medicamentos y artículos de limpieza.
Los supermercados y farmacias suelen ofrecer sus propias marcas genéricas que cumplen con los mismos estándares de calidad que las marcas reconocidas. Comparar etiquetas y probar diferentes opciones puede ayudarte a encontrar productos genéricos que satisfagan tus necesidades sin sacrificar calidad. Este cambio de hábito puede sumar ahorros considerables a lo largo del tiempo, pero se va a reflejar en tu bolsillo de forma inmediata.
Además, si compras productos genéricos te puedes permitir destinar el dinero ahorrado a otras áreas importantes de tu vida, como inversiones o fondos de emergencia. Hacer este cambio consciente en tus hábitos de compra no solo beneficia tu economía personal, sino que también puede contribuir a reducir el consumo excesivo y el desperdicio.
En ese sentido, una práctica interesante, sobre todo en frutas, verduras, carnes o pescados, es comprar a granel, al peso, en lugar de coger el producto ya contabilizado y empaquetado de los expositores. Ahorras en envases contaminantes, y te aseguras que el precio y peso del producto correspondan con lo que en realidad te estás llevando a casa.