La creación de un horario de trabajo con el establecimiento de momentos de disponibilidad y momentos de no disponibilidad para según qué asuntos. En momentos de disponibilidad para el trabajo, no se está disponible para asuntos personales salvo emergencias, y viceversa.
Un buen horario, con una buena lista de tareas establecidas en él, es la clave para una gestión del tiempo exitosa, y nos permite mantenernos enfocados en nuestras responsabilidades clave en cada momento, bien sean personales o profesionales, sin que unas esferas interfiearan en las otras.
Así pues el objetivo de un buen horario consiste en poder definir dentro del mismo, períodos laborales específicos que nos ayuden a estructurar el día, avanzar en las tareas y evitar el desorden, asignando a cada cosa su propio tiempo, y permitiendo que podamos realizar una distribución equilibrada de tareas y compromisos.
Al establecer horarios para actividades específicas, como reuniones, trabajo individual y tiempo dedicado a la planificación estratégica, o cualquier otra partida de tareas similar, podremos maximizar nuestra productividad y lograr un mayor control sobre nuestro tiempo.
Además de ayudar a estructurar el día, un horario de trabajo bien diseñado debería permitirnos disponer de un tiempo exclusivamente reservado para el autocuidado y el descanso. Incluir momentos de descanso programados en el horario, te ayuda a prevenir el agotamiento y a mantener niveles óptimos de energía y concentración a lo largo del día. Esto, a su vez, contribuye a una mayor eficiencia y calidad en el trabajo realizado.