Es necesario revisar periódicamente los procesos de cualquier equipo u organización si se desea que dicha organización o dicho equipo sean realmente eficientes y muestren un alto grado de productividad.
Revisar también implica optimizar sistemas y procedimientos en los que se hayan detectado ineficiencias, problemas, cuellos de botella o redundancias que pueden obstaculizar el adecuado flujo de trabajo. Al realizar revisiones de los procesos, también podemos ajustar dichos procesos para que se alineen mejor con los objetivos organizacionales y las necesidades cambiantes del mercado y no debe dudarse en introducir mejoras que puedan brindar en un momento dado una ventaja competitiva.
Pero es que además, eliminar ineficiencias y cuellos de botella no solo aumenta la productividad, sino que también libera tiempo y recursos que pueden reinvertirse en actividades más estratégicas, en diversificación, o en crecimiento de la propia organización, y eso a su vez, impulsa la innovación, lo cual redunda a su vez en una mejora de la cuenta de resultados.
Una revisión de procesos regular debe ser parte de una cultura corporativa enmarcada en la excelencia y debe servir de vehículo para una mejora continua en el equipo, fomentando la colaboración y el compromiso. Una operativa ágil dentro de una organización, se nota para bien, tanto entre el personal interno como entre nuestros clientes y proveedores, aumentando el valor percibido de nuestra marca, productos o servicios.