La gestión del tiempo es un desafío constante en nuestro día a día, pero sobre todo para aquellos que enfrentan múltiples responsabilidades y demandas, y una combinación crítica de responsabilidades y tareas tanto laborales como personales.
En general cuando quieres optimizar tu productividad, siempre quieres aumentarla, raramente disminuirla… así que para poder aumentar la productividad de tu tiempo, que es una función entre el tiempo del que dispones y las cosas que debes hacer que te implican usar tu tiempo, es fundamental tener meridianamente claros tus objetivos, y éstos deben ser concretos y específicos.
Establecer metas claras no solo proporciona un sentido de dirección, sino que también ayuda a priorizar las tareas y enfocar las energías en lo que realmente importa. Bastante energía vas a gastar yendo directo a por tus metas, como para además gastar energía en otras cosa que no te aportan avances en ese camino.
Una vez que las metas y objetivos ya están claros, va a resultar importante también aprender a realizar una serie de delegaciones que sean verdaderamente efectivas, y esa habilidad hay que desarrollarla cuando uno no la tiene.
Si tienes un equipo capacitado sobre el que delegar tareas, puedes brindarles oportunidades para crecer y desarrollarse. Pero debes asignar esas responsabilidades de manera estratégica, y nunca descargar en otros tus propias responsabilidades. Si se hace sabiamente y sobre las personas adecuadas, puedes lograr resultados óptimos en poco tiempo.