Un fondo de emergencia es un elemento esencial en cualquier plan financiero sólido y serio. Este colchón financiero te brinda seguridad y tranquilidad frente a imprevistos como pueden ser la pérdida de empleo, gastos médicos inesperados o reparaciones del hogar.
Al pensar en crearlo, debes tener claro el monto que necesitas. Puedes empezar con el equivalente a tres meses de tus gastos mensuales, e ir ahorrando en una cuenta separada hasta alcanzar esa cantidad. Recuerda que es importante que dicho ahorro tenga lugar en una cuenta separada, pero que sea fácilmente accesible.
Al tener un fondo de emergencia, puedes enfrentar situaciones imprevistas sin recurrir a préstamos o tarjetas de crédito, evitando así acumular más deudas. Pero es importante mantener este fondo reservado exclusivamente para las emergencias o imprevistos que puedan surgir y evitar usarlo para gastos no planificados.
Además, recuerda revisar y ajustar periódicamente la cantidad de dinero en tu fondo, de acuerdo con cambios en tus gastos y situación financiera. Y desde luego, prepárate para reemplazar lo antes posible la cantidad utilizada en cualquier imprevisto.
Con el tiempo, puedes ir aumentando ese colchón financiero con el equivalente a seis meses, a un año, o lo que puedas prever. Al aumentar ese colchón de imprevistos, aumenta también tu tranquilidad y aumenta tu foco en las cosas que realmente merecen la pena. Como herramienta anti estrés, resulta de lo más eficaz.
Te ayudará a salir de deudas, y a no contraer más, y te ayudará también anímicamente saber que puedes mantener una estabilidad financiera a largo plazo. Prepárate para enfrentar imprevistos con un colchón financiero bien nutrido y refuérzate en la disciplina de mantenerlo y hacerlo crecer en el tiempo.